Yo no me creo que sea un simple resfriado, pienso que le sucedió algo aquel Domingo. Después le preguntare a Francisco si es que llegó con alguna herida; pero ahora les seguiré contando que fue lo que pasó después de llegar a mi casa.
Como ya les había dicho, al llegar a casa estaba solo y antes de salir me prepare para ir a la Zona Segura, tome mi chamarra de piel, la mas dura y resistente que encontré, me puse unos guantes de hule y encima de ellos unos de carnaza, para así estar seguro y alejado de las mordidas y sangre de aquellas criaturas; ya listo para salir subí a la azotea para echar un vistazo a la calle, no había absolutamente nada solo algunos carros abandonados, así que baje y ahí estaba aquel monstruo que antes era mi primo justo al pie del segundo tramo de las escaleras queriendo subir para darse un festín conmigo. En el momento que me vio se volvió loco y trataba desesperadamente de agarrarme yo simplemente no tenia hacia donde ir, la única alternativa que tenia era apartarlo usando fuerza, así que lo aparte con una patada y el cayó por las escaleras, cuando al fin se detuvo, no trato de levantarse ni siquiera se movía así que me apresure y baje lo mas rápido que pude las pinches escaleras, al llegar al pasillo que da a la calle, note que una lagrima corría por mi mejilla: Me entristeció haber matado a mi primo, pero ya no había nada mas que hacer, pensé que tal vez era una forma de salvarlo de ese envase descompuesto.
Antes de salir a la calle entre de nuevo a la tienda para ver si encontraba algo para defenderme, necesitaba un arma, así que me puse a buscar por todos lados y ahí estaba el arma perfecta, detrás de unas cajas de refrescos: Un hermosa bat de baseball en muy buenas condiciones, era perfecto; aparte de encontrar aquel bat, tuve la suerte de encontrarme con algunas bebidas: Dos botellas de refresco de dos litros y tres botellas de agua de un litro y medio cada una, entonces salí de la trastienda y me dirigí a la calle para ir a la Zona Segura.
Cuando salí me maldije por no haber aprendido a manejar, con un carro hubiera legado mas fácil y rápidamente, inmediatamente recordé que teníamos una muy buena bicicleta en un pequeño cuarto de la casa que servia como bodega, así que entre a la casa nuevamente y me dirigí a aquel pequeño cuarto, en el momento que llegue me d cuenta de algo: la puerta del cuarto estaba abierta, así que entre a toda prisa y al no encontrar la bici me di cuenta de que esto va de mal en peor, podían haber ocurrido dos cosas: la habían tomado mi padre o mi hermano o algún hijo de puta se la había robado. Sentí un poco de desesperación mezclada con un gran sentimiento de ira. Entonces salí corriendo y pensé que camino tomar, decidí irme por el Boulevard del Aeropuerto, en ese momento sentí que era el camino mas seguro y sinceramente era el mas rápido, pero me equivoque.
Al llegar al Boulevard no note nada sospechoso, pero al estar caminando durante unos quince minutos se empezó a ver que había mucho desmadre, al menos no se veía ninguna de esas criaturas. Empece a caminar mas rápido, nunca me paso por la cabeza el tomar vías alternas para llegar, hasta que vi un par de esos monstruos acercándose a mi, no les preste mucha atención y me seguí de largo, pero al pasar por un puesto de comida por mi lado izquierdo se me echo encima otra criatura, (tienen mucha fuerza a pesar del estado en el que se encuentras es increíble) en lo que trataba de quitármelo vi a otro acercándose, entonces con el bat le pegue con todas mis fuerzas al estúpido monstruo que me estaba agarrando, pero hizo falta mas de un golpe para poder acabar con el, entonces le seguí pegando hasta que cayó inerte al suelo, fui directo al otro pendejo y le propine un gran batazo a la altura de sus oídos lo cual hizo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo, pero yo no me detuve tenia que sacar esta frustración de mi, así que le propine otro par de batazos en la cabeza a la criatura hasta que dejo de moverse y salí de ahí corriendo.
Cuando llegue a la avenida Fray Servando Teresa de Mier, tome la precaución de ir por vías alternas, ya que era una avenida muy transcurrida, fui por un pequeño pasillo que se encuentra por en medio de dos casas, con lo que no conté era que las vías alternas podrían, o bien, estar bloqueadas o con algunas de esas criaturas; por suerte no estaban cerradas lo único malo es que si había monstruos y no pocos : Eran los suficientes como para despedazarme en cuestión de segundos. Así que retrocedí y pensé en irme por la avenida Fray Servando, pero me di cuenta que iba a resultar en la misma chingadera y dije: -Tal vez, si... puede resultar, ¡es una muy buena idea!- Así que fui a la avenida Troncoso, me quedaba relativamente cerca de donde estaba, al ir caminando me parecía algo raro no ver ni una de esas criaturas, incluso no había carros en las calles. Era algo muy raro de ver, ya que por esas calles transcurren muchas personas y demasiados vehículos.
Cuando llegué a la avenida Troncoso, estaba como el Boulevard: lleno de carros abandonados, pero sin alguna de esas criaturas rondando cerca, as´que me apresure a llegar a la Delegación. Mientras mas me acercaba a la Delegación se podía oír el sonido que hace una multitud, al momento de escucharlo mi alegría fue enorme, solo me faltaban unas cuantas cuadras y a la siguiente cuadra de donde yo estaba había una gran barricada de hormigón, no había por donde entrar así que tuve que rodearla para encontrar un lugar por el cual entrar. Al doblar la esquina podía distinguir unas cuantas personas entrando, así que me dirigí hacia ese lugar.
Mientras me iba acercando a la entrada note como como toda la gente estaba siendo examinada. A todas las personas que parecían tener los síntomas de un resfriado común no las dejaban pasar, de hecho, se las llevaban a otro lugar, no podía saber donde ya que metían a esas personas en un camión para transportar prisioneros y se los llevaban de ahí, en ese momento pensé: El gobierno es culero por discriminar a las personas enfermas, hijos de su puta madre. Cuando llegó mi turno de ser examinado, me hicieron despojar de toda mi ropa con excepción de mi ropa interior, me estaban buscando heridas; por suerte no tenia ni tengo ninguna, y por ultimo me tomaron una muestra de sangre. Me hicieron esperar por mis resultados unos quince minutos, los cuales me parecieron una eternidad, cuando entraron los médicos me dijeron que todo estaba bien y me hicieron pasar a la Zona Segura. Antes de entrar les pregunté: -¿Por que les buscan heridas a las personas que quieren entrar a la Zona Segura? y ¿Por que se llevaron a toda esa gente enferma de aquí?- Eso es un asunto confidencial joven, no te lo podemos decir- Contesto fríamente el Doctor.
Entonces me resigne a entrar a la Zona Segura, en el momento que entre quede atónito al ver lo que sucedía...
Muy bien mis amigos, al parecer algo sucedió en la planta superior, se escucha como si una de esas criaturas estuviera allá arriba. Tendré que subir para ver que es lo que esta pasando en realidad. -Luis, ¡apurale cabrón! necesito que subas, ¡date prisa no tengo todo tu tiempo!- ¡Tampoco te me pongas loco! ¡eh! Enseguida subo wey, aguántame- Bueno los tengo que dejar.
Cuando salí me maldije por no haber aprendido a manejar, con un carro hubiera legado mas fácil y rápidamente, inmediatamente recordé que teníamos una muy buena bicicleta en un pequeño cuarto de la casa que servia como bodega, así que entre a la casa nuevamente y me dirigí a aquel pequeño cuarto, en el momento que llegue me d cuenta de algo: la puerta del cuarto estaba abierta, así que entre a toda prisa y al no encontrar la bici me di cuenta de que esto va de mal en peor, podían haber ocurrido dos cosas: la habían tomado mi padre o mi hermano o algún hijo de puta se la había robado. Sentí un poco de desesperación mezclada con un gran sentimiento de ira. Entonces salí corriendo y pensé que camino tomar, decidí irme por el Boulevard del Aeropuerto, en ese momento sentí que era el camino mas seguro y sinceramente era el mas rápido, pero me equivoque.
Al llegar al Boulevard no note nada sospechoso, pero al estar caminando durante unos quince minutos se empezó a ver que había mucho desmadre, al menos no se veía ninguna de esas criaturas. Empece a caminar mas rápido, nunca me paso por la cabeza el tomar vías alternas para llegar, hasta que vi un par de esos monstruos acercándose a mi, no les preste mucha atención y me seguí de largo, pero al pasar por un puesto de comida por mi lado izquierdo se me echo encima otra criatura, (tienen mucha fuerza a pesar del estado en el que se encuentras es increíble) en lo que trataba de quitármelo vi a otro acercándose, entonces con el bat le pegue con todas mis fuerzas al estúpido monstruo que me estaba agarrando, pero hizo falta mas de un golpe para poder acabar con el, entonces le seguí pegando hasta que cayó inerte al suelo, fui directo al otro pendejo y le propine un gran batazo a la altura de sus oídos lo cual hizo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo, pero yo no me detuve tenia que sacar esta frustración de mi, así que le propine otro par de batazos en la cabeza a la criatura hasta que dejo de moverse y salí de ahí corriendo.
Cuando llegue a la avenida Fray Servando Teresa de Mier, tome la precaución de ir por vías alternas, ya que era una avenida muy transcurrida, fui por un pequeño pasillo que se encuentra por en medio de dos casas, con lo que no conté era que las vías alternas podrían, o bien, estar bloqueadas o con algunas de esas criaturas; por suerte no estaban cerradas lo único malo es que si había monstruos y no pocos : Eran los suficientes como para despedazarme en cuestión de segundos. Así que retrocedí y pensé en irme por la avenida Fray Servando, pero me di cuenta que iba a resultar en la misma chingadera y dije: -Tal vez, si... puede resultar, ¡es una muy buena idea!- Así que fui a la avenida Troncoso, me quedaba relativamente cerca de donde estaba, al ir caminando me parecía algo raro no ver ni una de esas criaturas, incluso no había carros en las calles. Era algo muy raro de ver, ya que por esas calles transcurren muchas personas y demasiados vehículos.
Cuando llegué a la avenida Troncoso, estaba como el Boulevard: lleno de carros abandonados, pero sin alguna de esas criaturas rondando cerca, as´que me apresure a llegar a la Delegación. Mientras mas me acercaba a la Delegación se podía oír el sonido que hace una multitud, al momento de escucharlo mi alegría fue enorme, solo me faltaban unas cuantas cuadras y a la siguiente cuadra de donde yo estaba había una gran barricada de hormigón, no había por donde entrar así que tuve que rodearla para encontrar un lugar por el cual entrar. Al doblar la esquina podía distinguir unas cuantas personas entrando, así que me dirigí hacia ese lugar.
Mientras me iba acercando a la entrada note como como toda la gente estaba siendo examinada. A todas las personas que parecían tener los síntomas de un resfriado común no las dejaban pasar, de hecho, se las llevaban a otro lugar, no podía saber donde ya que metían a esas personas en un camión para transportar prisioneros y se los llevaban de ahí, en ese momento pensé: El gobierno es culero por discriminar a las personas enfermas, hijos de su puta madre. Cuando llegó mi turno de ser examinado, me hicieron despojar de toda mi ropa con excepción de mi ropa interior, me estaban buscando heridas; por suerte no tenia ni tengo ninguna, y por ultimo me tomaron una muestra de sangre. Me hicieron esperar por mis resultados unos quince minutos, los cuales me parecieron una eternidad, cuando entraron los médicos me dijeron que todo estaba bien y me hicieron pasar a la Zona Segura. Antes de entrar les pregunté: -¿Por que les buscan heridas a las personas que quieren entrar a la Zona Segura? y ¿Por que se llevaron a toda esa gente enferma de aquí?- Eso es un asunto confidencial joven, no te lo podemos decir- Contesto fríamente el Doctor.
Entonces me resigne a entrar a la Zona Segura, en el momento que entre quede atónito al ver lo que sucedía...
Muy bien mis amigos, al parecer algo sucedió en la planta superior, se escucha como si una de esas criaturas estuviera allá arriba. Tendré que subir para ver que es lo que esta pasando en realidad. -Luis, ¡apurale cabrón! necesito que subas, ¡date prisa no tengo todo tu tiempo!- ¡Tampoco te me pongas loco! ¡eh! Enseguida subo wey, aguántame- Bueno los tengo que dejar.